26 abril 2024

Gazeta de Spania

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LA INMIGRACIÓN

bandera-espanaLa inmigración es un fenómeno predominante en todas las épocas, desde el inicio de los tiempos el hombre ha tenido tendencias nómadas, buscando territorios dónde desarrollar mejor sus actividades y, teniendo a su alcance lo que consideraba necesario, para posteriormente volver a trasladarse.

Así pues, migrar no es un delito, no es una amenaza, no es incoherencia, no es quitarle el pan a nadie, es mas bien un deseo, una necesidad, una inquietud, es progreso, es supervivencia y, lógicamente es admisible y amparado por el art. 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (de 1948), que dice: “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”, “tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y, a regresar a su país”.

Las fronteras son solo un ente político establecido para conseguir el orden jurisdiccional de un Gobierno y sus Instituciones dentro de ese espacio y, no para prohibir la entrada a nadie dentro de ese entorno. Una contribución a la actitud migratoria son los medios de transporte que te dar la oportunidad de desplazarte por todo el planeta respetando, lógicamente, la jurisdicción de cada Gobierno.

Pero lo mas importante de las migraciones son sus consecuencias tanto si emigras como si inmigras. Si la inmigración por necesidad o supervivencia es forzosa, la primera consecuencia es de afección personal porque implica ansiedad o miedo y la salida, o mas bien huída, es dolorosa; lo que está sucediendo desde hace décadas en países de guerras constantes con sufrimiento, hambre, desolación, esclavitud o muerte; es una salida sin remedio, son grandes masas de personas que huyen arriesgando la vida porque les da lo mismo, no hay elección, escapan de la muerte y se convierten en refugiados, van a lo desconocido sin haberlo planificado.

Lo mas humillante es que no hay países receptores para estas personas, dependen de la “buena voluntad” de los Gobiernos, que abren sus fronteras a cuentagotas sin respeto a los compromisos internacionales. La desesperanza de esa gente que está en tierra de nadie, y no goza siquiera del aprecio basado en la dignidad humana, soporta la estigmatización de políticos indignos.

La otra parte de las migraciones es la que busca un nuevo proyecto de vida, un planteamiento diferente de su futuro o sencillamente encontrar las oportunidades que tu país no te brinda, tanto en España como en cualquier otro país. La gente se ha movilizado porque la crisis ha tenido repercusión global y, al igual que las/os españolas/es han emigrado de nuestras fronteras, nuestro país también ha recibido inmigración, es ley de vida.

Pero aunque la inmigración generalmente es un acto voluntario, merece un tratamiento de integración y no de vejación ni hostigamiento y no verse empujados por la discriminación, al aislamiento y la formación de peligrosos ghetos y, sobretodo, recordando que los nuestros están en la misma disyuntiva en un país distinto.

El primer acto a desarrollar es la orientación adecuada para irse adaptando al medio, no es rápido ni fácil para muchos por el idioma y las costumbres, pero el mayor deseo es adaptarse a los parámetros de la sociedad con la que vas a convivir. De su acertada asimilación va a depender que la persona se vaya sintiendo realizada y no desarraigada.

El Gobierno de Zapatero tuvo la mejor iniciativa a poco de empezar en 2004 su Primera Legislatura, con la Ley de Extranjería a la que con un Real Decreto al Reglamento de la Ley, preveía la Regularización de los Inmigrantes Sin Papeles (7/2/2005, acertada manera de control e identificación), que llevaran 6 meses empadronados en España y contaran con un contrato de al menos 6 meses (el PP protestó por considerarlo “efecto llamada”, pero no puso en la mesa ninguna solución). Posteriormente, en Abril de 2011, con la crisis por el medio y la disminución de la inmigración, se aprobó un Nuevo Reglamento para consolidar la política de inmigración en España.

Lamentablemente Rajoy en 2012 reformó la Ley teniendo “como modelo” el de la Alemania de Angela Merkel, considerándolo “el ejemplo a seguir”, y una de las medidas fue: repatriar a quienes se quedaran en paro, lo que provocó una disminución acentuada de la inmigración.

Por tanto, las dificultades de vida de un inmigrante son cuantiosas desde que abandona el terruño, su vida se transforma en un interrogante no solo por las leyes del país sino por atisbos de xenofobia, de elitismo y sobretodo de rumorología, nueva acepción que llegará a plantearse como un tema mas de estudio para la Sociología, porque se está convirtiendo en un fenómeno nuevo y de obstáculo, uno mas, para la integración.

No sé de qué manera pero ya lleva años corriendo por la sociedad el rumor de que el inmigrante se está viendo favorecido, en detrimento del autóctono, por los servicios sociales de ayuda españoles, con la crisis de fondos públicos que tienen ahora esos servicios, de recibirlos con preferencia y en exceso: en sanidad, en educación, alimentación, préstamos para disponer de una vivienda, etc.; quizás el interés en extender este run run sea ideológico-conservador, ya que desde las políticas de izquierda se está mas dispuesto a tenerlas en cuenta en aras de la igualdad , pero de todos, no solo de los extranjeros. Por tanto, esto merece ser tratado adecuadamente pero con datos, estadísticas y gráficos que los especifiquen, ya que la información de los medios de comunicación no es suficiente.

Y precisamente, este tema es el que tal vez arrastre la dificultad de los políticos de hablar de inmigración en su campañas electorales, que es muy evidente (no así de la emigración); parece como que hablar de la inmigración va a producir pérdida de votos y la interpretación de que estás proponiendo su venida (“efecto llamada”). O tal vez se deba a que no enfocan bien el tema, puesto que sigue habiendo un volumen aceptable de inmigrantes, muchos con convenios reciproco que les permite adquirir la nacionalidad española y pueden participar de la política con voto y aportaciones. Además, cantidad de ellos/ellas han formado una familia con hijas/hijos nacidos aquí por tanto españolas/es y, esto supone también un crecimiento demográfico del que España está careciendo, además de la riqueza en cultura, costumbres y posibilidades de fusión de conocimientos. Por qué no se habla de inmigración en campaña electoral, debe ser otro tema de estudio de la Sociología.

Siempre recordaré las palabras de Pedro Zerolo que pronunció en una Asamblea Abierta (costumbre sanísima del socialismo, que debe proliferar por el bien de la democracia participativa) aquí en Zaragoza, cuando arengó a los políticos a “ser valientes para plantear los problemas de la gente”, porque existen muchos escalones oscuros que no se pisan por “no resbalar” y, eso significa que dejan sin visibilizar las dificultades de ciertos sectores sociales pero, por lo menos a la izquierda de esta país, habrá que recordarle que este colectivo contribuyente y participativo tiene derecho a conocer el proyecto que se tiene para ellos, porque el político tiene que ¡¡atender a todos!!.

Enero 31 del 2018 Colaboración de Armando Montero G.

Para el Periódico Independiente: Gazeta de Spania, en Zaragoza